martes, 7 de febrero de 2017

ARTE POÉTICA


El poema no tiene más que la sonoridad de su sentido,
la letra p no es la primera letra de la palabra poema,
el poema está esculpido con sentidos y esa es su forma,
poema no se lee poema, se lee pan o flor, se lee hierba fresca y tus labios,
se lee sonrisa extendida en mil árboles o cielo de puñales, amenaza,
se lee miedo y búsqueda de ciegos, se lee mano de niño o tú, madre, que duermes
y me hiciste nacer de ti para ser palabras que no se escriben,
se lee país y mar y cielo olvidado y memoria, se lee silencio, sí, tantas veces, poema se lee silencio.
Lugar que no se pronuncia y que significa,
silencio de tu mirada de niña dulce, silencio de domingo entre conversaciones,
silencio después de un beso o de una flor desmedida,
silencio de ti, padre, que moriste en todo sólo para existir en este poema callado, ¿quién lo puede negar?, que escribes siempre y siempre, en secreto, dentro de mi y dentro de todos los que te sufren.
El poema no es esta pluma de tinta negra, no es esta voz,
la letra p no es la primera letra de la palabra poema,
el poema es cuando yo podía dormir hasta tarde en las vacaciones de verano y el sol entraba por la ventana, el poema es donde yo fui feliz y donde morí tanto,
el poema es cuando no conocía la palabra poema,
cuando no conocía la letra p y comía tostadas hechas en la lumbre de la cocina del patio.
El poema es aquí, cuando levanto la mirada del papel y dejo que mis manos te toquen,
cuando sé, sin rimas y sin metáforas, que te amo,
el poema será cuando los niños y los pájaros se rebelen y,
hasta entonces, seguirá siendo siempre y todo.
El poema sabe, el poema se conoce y,
a sí mismo, nunca se llama poema,
a sí mismo, nunca se escribe con p,
el poema dentro de sí es perfume y es humo,
es un niño que corre en el huerto para alcanzar a su padre,
es el agotamiento y la libertad sentida,
es todo lo que quiero aprender si lo que quiero aprender es todo.
Es tu mirada y lo que imagino de ella,
es soledad y arrepentimiento,
no son bibliotecas que arden de versos contados porque eso son bibliotecas que arden de versos contados y no son un poema,
no es la raíz de una palabra que juramos conocer porque sólo podemos conocer lo que poseemos y no poseemos nada,
no es un terrón de tierra para cantar himnos y para levantar murallas entre los versos y el mundo,
el poema no es la palabra poema porque la palabra poema es una palabra.
El poema es la carne salada por dentro, es una mirada perdida en la noche sobre los tejados a la hora en que todos duermen, es el último recuerdo de un ahogado, es una pesadilla, una angustia, esperanza.
El poema no tiene estrofas, tiene cuerpo, el poema no tiene versos, tiene sangre, el poema no se escribe con letras, se escribe con granos de arena y besos, pétalos y momentos, gritos e incertidumbre.
La letra p no es la primera letra de la palabra poema.
La palabra poema existe para no ser escrita como yo existo para no ser entendido, ni siquiera por mí mismo, aunque mi sentido esté en todos los lugares donde estoy, el poema soy yo, mis manos en tu cabello, el poema es mi rostro, que no veo, y que existe porque me miras, el poema es tu rostro, yo, yo no sé escribir la palabra poema, yo, yo sólo sé escribir su sentido.



(A criança em ruínas)
José Luís Peixoto

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